“En el parlamento una banca me espera, llevadme a ella” (IV)


Se acercaban las elecciones nacionales del 7 de marzo de 1920 y en vísperas de los comicios, un año antes, Julieta Lanteri funda el Partido Feminista Nacional, cuya plataforma establecía "derecho de sufragio para la mujer argentina y extranjera contribuyente".

Continuando con su objetivo, se postuló como diputada, convirtiéndose de este modo en la primera mujer candidata de la República Argentina.

Pero las cosas no iban a ser tan sencillas: nuestra protagonista descubrió que su nombre no figuraba en los padrones. Entonces se dirigió, junto a un grupo de mujeres, a los Registros Militares de las secciones segunda y cuarta de la Capital Federal para solicitar ser enrolada, pero los militares y el Ministro de Guerra rechazaron sus pedidos.

Las negativas parecían incentivar a Julieta. Acudió entonces nuevamente a la justicia pero su planteo fue considerado inadmisible porque se dijo que debía exhibir la masculina libreta de enrolamiento, documento que solo se otorga a los hombres. La negativa no le hizo mella: presentó una nota a la Junta Electoral, que luego fue publicada por el diario La Nación el 18 de marzo de 1919:

"Siendo ciudadana argentina, por nacionalización y, en virtud de sentencia de la Corte Suprema no figura mí nombre en el padrón electoral, no obstante las gestiones que he realizado con tal propósito. Creo sin embargo, que ello no constituye impedimento alguno para la obtención del cargo de diputado, y ya que la Constitución Nacional emplea la designación genérica de ciudadano sin excluir personas de mi sexo, no exigiendo nada más que condiciones de residencia, edad y honorabilidad, dentro de las cuales me encuentro, concordando con ello la ley electoral, que no cita a la mujer en ninguna de sus excepciones".

Justamente, en aquel año de 1919 en que nació Eva Duarte de Perón, el diputado de la Unión Cívica Radical Rogelio Araya presentó el primer proyecto de ley de sufragio femenino…

Julieta continuó dando batalla en las elecciones nacionales posteriores, presentándose como candidata a diputada en 1924 y 1926 por el Partido Feminista Nacional, aunque nunca consiguió su banca.

La vida de Julieta da para escribir muchísimos artículos (de hecho, les recomiendo dos libros: la biografía "Paloma blanca", por Ana María De Mena y "Julieta Lanteri, la pasión de una mujer", por Araceli Bellota), pero nosotros vamos a cerrar la historia en el próximo capítulo. Todavía quedan muchísimas vidas que visitar en esta galería de mujeres.

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