Si, estuve viendo el programa de Tinelli. Y me tome el trabajo de revisar el raid televisivo de Ricardo Fort. Por lo que pude constatar, soy la única persona en Argentina que ha visto el programa (nadie parece verlo en sus hogares, al menos es lo que deduzco del "Yo no lo miro").
Bien, mis comentarios no apuntarán a la excelsa chabacanería del show ni a la refinada vulgaridad de los participantes. Quiero apuntar, más bien, a la filosofìa que subyace a esta feria de la decadencia mediática nacional.
La última gota que manchó la engrasada pantalla es la convocatoria realizada por el señor Fort, quien organizó una búsqueda de novia mendiante oposición de prontuario, pectorales y asentaderas de lo más granado de la fauna nocturna, si nos atenemos a los dichos y comentarios del conductor y sus secuaces.
Fort parecía referirse a esclavas de épocas pretéritas, sopesando medidas de busto y formato de traseros.Y en el caso que no fueran de su agrado, ofrecía pagar para reformarlos.
El show en su totalidad es denigrante para las mujeres,a quienes se trata como si fueran reses en el mercado de Liniers. Y lo peor del caso, es que las mismas participantes se prestan a todo tipo de burla, humillación y trato denigrante festejandolo con sonrisas y redoblando la apuesta.
Lo que más asombra es la tribuna donde muchas veces se encuentran padres, hijos, hermanos, parejas, quienes festejan los “cortes de pollerita”, los primerísimos planos de glúteos y las increíbles ofensas a sus hijas, madres, hermanas, novias, esposas...
Algo muy raro nos está sucediendo como sociedad si este programa y sus metástasis colman nuestra televisión y nadie eleva la voz ante la denigración de las mujeres en la pantalla.-
La última gota que manchó la engrasada pantalla es la convocatoria realizada por el señor Fort, quien organizó una búsqueda de novia mendiante oposición de prontuario, pectorales y asentaderas de lo más granado de la fauna nocturna, si nos atenemos a los dichos y comentarios del conductor y sus secuaces.
Fort parecía referirse a esclavas de épocas pretéritas, sopesando medidas de busto y formato de traseros.Y en el caso que no fueran de su agrado, ofrecía pagar para reformarlos.
El show en su totalidad es denigrante para las mujeres,a quienes se trata como si fueran reses en el mercado de Liniers. Y lo peor del caso, es que las mismas participantes se prestan a todo tipo de burla, humillación y trato denigrante festejandolo con sonrisas y redoblando la apuesta.
Lo que más asombra es la tribuna donde muchas veces se encuentran padres, hijos, hermanos, parejas, quienes festejan los “cortes de pollerita”, los primerísimos planos de glúteos y las increíbles ofensas a sus hijas, madres, hermanas, novias, esposas...
Algo muy raro nos está sucediendo como sociedad si este programa y sus metástasis colman nuestra televisión y nadie eleva la voz ante la denigración de las mujeres en la pantalla.-