La siesta del 23 de febrero de 1932 fue, seguramente, calurosa, como todas las siestas de febrero en Buenos Aires. Julieta caminaba por Diagonal Norte y Suipacha cuando un automóvil se subió a la vereda, la atropelló y dejó gravemente herida. Los intentos de los médicos por salvarla fueron inútiles y la mujer, de 59 años, falleció dos días después. Si hoy quisiéramos investigar la muerte de Julieta, nos encontraríamos con que las actas labradas por la policía son ilegibles y que los expedientes judiciales han desaparecido. ¿Por qué querríamos investigar una muerte por accidente de tránsito que se produjo hace setenta y siete años?¿Por qué deberíamos deducir que la falta de documentación se debe a una supuesta conspiración? Alguien más tuvo, en ese entonces, sus sospechas: Adelia Di Carlo, una periodista amiga de Julieta que escribía en "Caras y Caretas". Ella instaló la duda sobre las causas de la muerte. No era para menos: Julieta ya había recibido amenazas y sus temores se remontaban a 1930… Pero… ¿quién era Julieta? ¿Por qué alguien habría decidido matarla y hacer pasar su muerte por un accidente? ¿Por qué tantos funcionarios de diverso rango ocultarían expedientes e impedirían el acceso a aquella información? ¿Tal vez porque Julieta fue la primera mujer que votó en Sudamérica…? ¿O porque fue la primera mujer candidata a un cargo nacional electivo en Argentina…? ¿O porque organizó con Alicia Moreau el primer simulacro de votación callejera en 1919…? ¿O, mucho antes, por haber sido la primera niña admitida en el Colegio Nacional de La Plata, reservado exclusivamente para varones…? ¿O por haberse convertido en una de las primeras estudiantes de medicina, cuando la profesión estaba vedada las mujeres, habiendo ingresado en la Facultad por un permiso especial del decano…? ¿O porque fue la primera mujer italiana en obtener la ciudadanía argentina, sentando jurisprudencia con su caso…? ¿O porque fue quien tuvo la idea de organizar el Primer Congreso Femenino Internacional, conmemorando el primer centenario de la Revolución de Mayo…? ¿O molestó a alguien que Julieta le advirtiera con preocupación al Presidente de la Nación Marcelo Torcuato de Alvear los vientos autoritarios que venían soplando?. ¿Todo eso habrá sellado el destino de Julieta Lanteri? En las próximas entregas, iremos conociendo un poco más de la vida de esta luchadora pionera.
Julieta y muchas preguntas (I)
Marta Gaba publicó como Marta Gaba
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